26.- Indumentaria burgalesa; TRAJE DE ARRIERO DE POZA DE LA SAL








Aunque es esta amplia zona, denominada “La antesala de Castilla”, el arreo popular se perdió hace tiempo, debemos fijarnos de un modo especial en la pintoresca villa de Poza de la Sal, donde de un modo increíble vemos conservados atuendos antiguos de una pureza extraordinaria.
Ello es debido a que sus gentes, con un celo especial, han guardado tradiciones ancestrales en donde el traje juega un importante papel: en las fiestas de San Isidro, con su vistoso Ramo, y de San Blas, día en el que las mozas también visten el antiguo traje pozano para ir a “escarretar” (matar un gallo o conejo regalo de su enamorado)Aunque los pozanos fueron gentes con recursos, consecuencia del comercio de su famosa sal, sus vestidos conservaron su sencillez y el arcaísmo que tuvieron mediado el siglo XIX.











El traje del arriero de Poza de la Sal tiene las características del Norte de la provincia de Burgos: 

Cabeza: Sombrero de ala ancha en negro
Tronco: Camisa burgalesa, y chaqueta roja, negra o parda de corte redondeado, corta, con adornos de pasamanería en bolsillos, bordes, coderas y espalda, y botones. Puede llevar también chaleco,
Caderas: Pantalón que puede ser a juego con la chaqueta (calzón de alzapón), hasta la rodilla, con trampilla y botones o lazos en los laterales de las perneras.
Faja: De color o negra
Piernas: Medias azules, y encima de estas otras en negro, o de lana natural.
Calzado: Abarcas, alpargatas o boceguies; también se puede usar la almadreña.

Y al igual que en casi toda la provincia de Burgos, la prenda de abrigo por excelencia es la capa.



Y ya de paso conozcamos un poco este bonito pueblo burgalés, donde nació Félix Rodriguez de la Fuente




25.- Indumentaria burgalesa: TRAJE MASCULINO DE BUNIEL


A lo largo de los siglos XVII y XVIII los habitantes de Buniel establecen de forma insconsciente la vestimenta que actualmente
es conocida como traje regional o folclórico del municipio.
Esa manera de vestir queda reflejada por mediación de Don Gaspar Melchor de Jovellanos (1744-1811), gran jurisconsulta, estadista y polígrafo.
Buniel ha tenido la suerte de ser uno de esos lugares en los que se fijó la pluma de este reconocido escritor, quedando grabado el vestir de nuestros antepasados, así como el de otros tantos pueblos de España, en nuestro caso así lo dejó escrito en uno de sus diarios de sus viajes a su paso y hospedaje en Buniel:

-  Cabeza: Montera negra con adornos en marrón claro
- Tronco: Camisa burgalesa de lino, pantalón y chaqueta marrón claro y adornos en negro
- Faja, negra o de color.
- Calcetines, azul claro tirando a pálido.
- Manta blanca, con franjas grandes en marrón oscuro.
- Zapatillas en marrón claro u oscuro.


Las camisas, que en el siglo XVIII aparecen con grandes cuellos, que vienen de Flandes y que se llamaron valores, fueron dando paso al cuello pequeño que perduró hasta nuestros días.

Una prenda que aparece curiosamente son los pares de mangas, que se supone se utilizarían para ahorrarse una camisa.




EN LA CABEZA LA MONTERA
José María González Marrón, estudioso de los trajes regionales y especial conocedor de los de la Provincia de Burgos, en relación con el atuendo que se llevaba en la cabeza, nos dice que los hombres en la provincia de Burgos han llevado la cabeza siempre cubierta y aún se mantiene este uso con la popular boina, pero la prenda primaria para cubrirse fue tradicionalmente el pañuelo, que se ha conservado hasta la entrada del siglo XX, bien cubriéndose toda la cabeza con la lazada atrás para el trabajo o bien en forma de banda atada a un lado para danzar.
Pero fue la "montera", otra prenda burgalesa olvidada actualmente, la más usada por los vecinos de Buniel. Se trata de especie de bonete con rebajo arqueado en la parte izquierda y todo él rebordeado con jalón diferenciado; solía ser de sayal (pura lana churra). De ella habla Don Gaspar Melchor de Jovellanos cuando al pasar cerca de Burgos la detecta en Buniel. Esta es la prenda que con más frecuencia se ve representada en dibujos y litografías del prototipo burgalés de finales del siglo XIX y principios del XX.

El traje local folclórico masculino de Buniel aún hoy es poco conocido, pero su influencia fue muy importante en la confección de muchos trajes regionales de la provincia de Burgos.